miércoles, 23 de junio de 2010

El Carbunco



Una de las tradiciones más ricas de Tulahuén es la del Carbunco o Carbunclo, codiciado animalito mítico que las gentes procuran encontrar para hacer riqueza.
La leyenda popular cuenta que por el Cerro de Tulahuén se deja ver un animalito alumbrado por el lomo un destello blanquecino y brillante, capaz de ser observado hasta una legua de distancia.
Se relata que la luminosidad o destello la da por tener el cuerpo cubierto de valvas o conchas que puede abrir y cerrar, con lo que oculta el fuego o luz que tiene dentro de su cuerpo.
Quienes le buscan esperan la noche, porque el animal baja el cerro a sus aguadas protegido de su finísimo oído, capacidad que le permite detectar a sus cazadores. Estos quedan siempre desorientados porque el carbunco se dobla como armadillo o quirquincho adoptando la forma de piedra.
Cazar uno de estos animalitos sería dar un golpe de fortuna pues se dice que su cuerpo es oro y otras riquezas.
En el “Obrero” de Ovalle, año 1904 se público la versión de un montañés tulahuenino llamado Eulogio Rojas, quien declaró haberlo visto a un metro de distancia. “Tenía coyunturas por las cuales sale la luz, no colorada como el fuego de leña sino blanca azulada; tenía forma de choclo y poseía más de 4 patas”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario